Una de las cosas con las que me he encontrado en mis pueblos ha sido una acogedora casa de convivencias para grupos que se encuentra ubicada en Braojos. Una antigua casona, casa parroquial en su día, y hoy transformada en casa de acogida para grupos de espiritualidad.
No busquen lujos en la denominada vulgarmente por los vecinos “casa del cura”. Lujos no. Pero instalaciones cómodas y más que suficientes, sin dudarlo.
Para empezar, les invitaría a conocer una vez más lo que es Braojos. Un encantador pueblo situado a 80 km. De Madrid, con 200 habitantes y a casi 1.200 metros sobre el nivel del mar. Plena naturaleza, por lo que realizar cualquier actividad al aire libre, senderismo, paseos… solo necesita salir a la puerta de casa.
Un pueblo con un templo parroquial de lujo, fábrica básica de los siglos XVI y XVII, y unos retablos que quitan el hipo, entre los que destaca uno muy especial: Gregorio Fernández y Vicente Carducho. Pero es que además de este tiene otros cuatro más espléndidos, amén de imágenes de los siglos XII y XIV y un más que decente museo parroquial.
Junto a la parroquia, al ladito, la casa parroquial, hoy casa de acogida para grupos. 46 plazas en 23 literas, distribuidas en siete dormitorios. Baños y duchas para chicos y chicas. Cocina industrial completamente equipada con cocina, fregaderos, frigorífico, congeladores… Comedor, sala de reuniones para más de cincuenta personas, pequeño oratorio y, por supuesto, la iglesia parroquial a su disposición para alguna celebración, y un servidor dispuesto a echar una mano si necesitan un sacerdote. Importantísimo: la calefacción va de lujo, que los inviernos serranos son muy duros.
La casa es de la parroquia y desde la parroquia se cuida y administra. Vive del pequeño donativo que se pide a los grupos: creo que ahora mismo son 8 € por persona y día. Y digo creo porque la encargada de la casa es una voluntaria que se está dejando la piel en ello.
Les cuento todo esto por varios motivos. Uno de ellos, para que conozcan una posibilidad más a la hora de un encuentro de jóvenes, de familias. Por cierto, la experiencia de familias es muy buena, ya que se distribuyen entre los dormitorios y la cocina es muy cómoda a la hora de organizarse. El otro, porque la casa se mantiene y se va remozando gracias a los grupos que van acudiendo poco a poco.
Les he puesto algunas fotos. No duden en pedirme información si pueden estar interesados. Por la casa parroquial de Braojos han pasado comunidades neocatecumenales, matrimonios, familias, adolescentes, jóvenes, grupos del movimiento scout católico, grupos de parroquias. Si quieren conocer la casa, si están interesados, no dejen de pedirme información.
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