Jesús es la puerta de la Misericordia: Materiales para la catequesis sobre la Puerta Santa de la Misericordia

El Papa Francisco abría hoy en Roma la "Puerta Santa de la Misericordia" en la Basílica de San Pedro. El próximo domingo, día 20 de novimebre, el mismo gesto se repetirá, por manos de sus obispos, en cada Diócesis del mundo.

Este año Jubilar Extraordinario que el Papa Francisco ha querido que se centrase en torno a la Misericordia es del todo particular, extraordinario. Es bueno, por ello, que entendamos cuál es el significado especial que tiene la Puerta santa de este Jubileo. La Puerta Santa, básicamente, representa a Jesús, pero en este Jubileo adquiere también unos sentidos especiales.

  • Habitualmente el sentido de la Puerta es el de entrar a la casa del Señor. Sin perder este significado fundamental, la Iglesia, mencionó el obispo de Roma, abre las puertas de la misericordia en este ocasión para salir, con el Señor, al encuentro de sus hijos y de sus hijas en camino, a veces inciertos, a veces perdidos, en estos tiempos difíciles.


  • Por otro lado, el Señor no fuerza jamás la puerta: Él también pide permiso para entrar, como dice el Libro del Apocalipsis: “Yo estoy junto a la puerta y llamo: si alguien oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaremos juntos” (Ap 3,20). Existen lugares en el mundo en los cuales no se cierran las puertas con llave. Pero existen tantos otros donde las puertas blindadas se han convertido en una situación normal. Por ello, el Año de la Misericordia será una ocasión para abrir las puertas del corazón a un mundo que está lastimado por la violencia, las ambiciones, los odios y los rencores
  • La gestión simbólica de las “puertas” – de los umbrales, de los caminos, de las fronteras – se ha hecho crucial. La puerta protege pero también acoge. Por la puerta atravesamos para introducirnos a una nueva realidad. En ese sentido pasar una puerta es entrar a otras realidades.
 
  • Jesús dice de sí mismo: “Yo soy la puerta. El que entra por mí se salvará; podrá entrar y salir, y encontrará su alimento» (Jn 10,9). Jesús es la puerta que nos hace entrar y salir. Nosotros los creyentes debemos pasar por la puerta y escuchar la voz de Jesús: si sentimos su tono de voz, entonces estamos seguros y encontraremos la salvación. Podemos entrar sin temor y salir sin peligro. En este hermoso discurso de Jesús, se habla también del guardián, que tiene la tarea de abrir al buen Pastor (Cfr. Jn 10,2). “Si el guardián escucha la voz del Pastor, entonces abre, y hace entrar a todas las ovejas que el Pastor trae consigo, todas, incluso aquellas perdidas en el bosque, que el buen Pastor ha ido a buscar”.
  • El forastero y el que emigra saben bien qué cosa significa una puerta abierta o cerrada; para el que vive en necesidad frecuente una puerta abierta es signo de esperanza y muchas veces es lo que le da aliento para caminar. Toda nuestra vida está llena de puertas, es decir de posibilidades para ofrecer un poco de ayuda para el que llega a nuestra vida pidiendo solicitando nuestra solidaridad.
10:25
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