
Una ofrenda de flores, que a pesar de ser invierno, ha convertido la iglesia de Villamediana en un anticipo de la primavera. Y una misa en la que los niños de catequesis y los mayores nos hemos sentido más hijos y más hermanos.

Una ofrenda de flores, que a pesar de ser invierno, ha convertido la iglesia de Villamediana en un anticipo de la primavera. Y una misa en la que los niños de catequesis y los mayores nos hemos sentido más hijos y más hermanos.
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