Evitar las malas compañías (Exht. a un hijo espiritual - XVII)



"De los hombres consumados, precisamente, disfruta su compañía y que tu alma se deleite en convivir con los que practican la abstinencia y que no se aparte de tu oído de sus conversaciones: que sus palabras son palabras de vida y salvada está el alma de quienes gustosamente las escuchan. En efecto, como la salida del sol ahuyenta las sombras, así también la doctrina de los santos disipa las tinieblas de tu interior. Por favor, no esquives la compañía de tales hombres, para que con sus consejos tu espiritu se eleve derecho al cielo; que puedas despreciar, por no valer nada, la gloria fugaz de este mundo y tus sentidos beban, hasta acabar, las virtudes del alma.


Esquiva a esos hombres que ves renuentes a los mandamientos de Dios, los que están muertos para las virtudes y parece que viven para las pasiones, porque se alegran de sus propios caprichos y están privados del gozo divino. Ni te juntes con los hombres de esta calaña, ni pretendas estar continuamente de cháchara con ellos, a menos que puedas apartarlos de su errático caminar. Pero si eres incapaz, evítalos como a un enemigo público: pues, a menudo, por una oveja enferma se contamina todo el rebaño y un poquito de hiel vuelve amargo lo que antes era muy dulce y "un poco de levadura altera toda la masa".


Es a esa clase de levadura a la que Dios nos manda estar atentos. A esta levadura, la de los sujetos más viles, se la reconoce bien gracias a la ayuda de la doctrina: pues aunque uno en el porte parezca una persona esclarecida y noble, y aunque te diga dulces palabras con elegancia, la falsía de su corazón se reconoce por su manera de actuar a continuación. Que no es por sus palabras sino por sus frutos por los que se distingue a una persona.



Al cabo, muchísimos se apresuran a ocultar astutamente sus vicios y en algunos círculos hasta parecen dignos de admiración, pero al perder las flores se echa de ver cuál es su auténtico fruto. Lo cierto es que cuando dentro de su pecho han mantenido largo tiempo a la serpiente, afectados por su picadura se van inflamando y quedan al descubierto de todos, porque "no hay nada oculto que no vaya a revelarse"


(S. Basilio Magno, Exh. a un hijo espiritual, n. 18).



Publicar un comentario

[facebook][blogger]

SacerdotesCatolicos

{facebook#https://www.facebook.com/pg/sacerdotes.catolicos.evangelizando} {twitter#https://twitter.com/ofsmexico} {google-plus#https://plus.google.com/+SacerdotesCatolicos} {pinterest#} {youtube#https://www.youtube.com/channel/UCfnrkUkpqrCpGFluxeM6-LA} {instagram#}

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con tecnología de Blogger.
Javascript DesactivadoPor favor, active Javascript para ver todos los Widgets